Atrapada en el silencio.
Antes de ser madre, pensaba que el silencio, era ese momento, en que apagaba la televisión, me metía en la cama debajo de las sábanas, y no se oía, ni el zumbido del ordenador, ni un:”tictac” del reloj, ni el motor de la nevera, ni siquiera el ruido de los coches en la calle.
Era ese momento de paz, en que solo escuchaba mis propios pensamientos, dando vueltas en mi cabeza, hasta que caía en un sueño profundo.
Desde que Tenedor llegó al mundo, esto, ya no es así. Un nuevo sonido me acompaña, uno que no dejo de oír, aunque me meta en la cama, aunque cierre los ojos, aunque duerma…su presencia, su respiración al otro lado de la pared…
Ayer por la noche, el silencio invadió mi casa, atravesó las paredes, se deslizó por el suelo, dejándolo frío, las habitaciones se volvieron huecas.
La televisión estaba encendida, el ventilador del ordenador dando vueltas, los motores de los coches sonaban en la calle, el camión de la basura moviendo los contenedores….y aún así…un completo silencio, se apoderó de mi casa, un vacío que lo llenaba todo.
Una sensación de desconcierto, de incómoda tranquilidad…Tenedor no estaba, se había ido con los abuelos, a pasar la noche…y el silencio se apoderó de mi…mi casa no era la misma…
Una descubre que la vida ya no es como era, y que el silencio ya no consiste en la ausencia de ruidos, sino en la falta de presencia de tu hijo.
Así que me metí en la cama, debajo de la manta, mi oído buscaba su respiración, pero no la encontró, me constó conciliar el sueño, acostumbrarme a ese vacío…Y a pesar de que nada perturbaba mi descanso, dormí intranquila, y me desvelé de madrugada.
Comprendo entonces, que ya no puedo vivir sin su compañía, sin saber que está ahí, al otro lado, durmiendo, y que los latidos de su corazón, marcarán el ritmo de mi noche.
Me meto en la cama, siempre, cruzando los dedos, imaginándome una noche del tirón, una en que no me llame pidiendo agua, que le limpie los mocos, o que me quede a su lado, una, en la que ambos nos despertemos al son del despertador, pero siempre con la tranquilidad de que su respiración me acompañe hasta que salga el sol.
Así que he descubierto, que soy adicta al falso silencio, ese que deja cuando duerme, ese que me regala tiempo para mi, ese, en el que le oigo, desde cualquier parte de la casa, ese, en el que noto como abraza a su ovejita, ese, que colma la casa de vida…ese, que me da la seguridad, de que todo está bien.
vaninasblog 
Precioso post y repleto de verdad.
Me ha pasado, recuerdo despertarme yo sola, levantando el ojo, esperando que de un momento a otro vinieran a buscarnos…
La vida nos cambia al ser padres, y en ocasiones recuerdas esos momentos de descanso…pero no lo cambio por mi felicidad plena junto a ellas.
Un besazo.
Gracias guapa!!. A veces necesito algo de paz, pero ayer, ese silencio, me hizo darme cuenta de que mi casa, no es la misma sin Tenedor. Qué sensación más rara, a pesar de múltiples sonidos, yo solo sentía el silencio de su ausencia.
Y estoy contigo, yo tampoco lo cambio.
Un besote, y ya nos queda menos para vernos.
Qué razón tienes, ese silencio que en ocasiones esperamos y ansiamos cuando están junto a nosotros y que añoramos tantísimo cuando no están.
Me pasó lo mismo anoche, NiñoNinja también pasó la noche con los abuelos y me faltaba algo, mi gatito… mi pequeño gatito…
Voy a llamarle 😀
Un besazo
Jajaja, yo lo he llamado antes, para saber cómo había pasado la noche, el desayuno, etc.
Desde luego queremos un rato para nosotros, y hasta viene bien, pero no puedo evitar sentir que me falta algo, y me invade una rara sensación de vacío.
Un besote hermosa.
Cómo se les echa de menos cunado no están!!
Y tanto,son el alma de la casa!
Un besito linda!
Aún no me he visto en esa situación pues el peque no ha pasado ninguna noche sin mi al lado, pero la verdad que de momento no me apetece nada! Prefiero sacar el ratito de paz con él con su padre en el parque y que vuelvan al poco, jaja! Tiene que ser una sensación extrañísima! Besos!
Desde luego siempre se les echa de menos, pero creo que por la noche mucho más. Yo por el día si se va un rato, como aprovecho para limpiar y hacer cosas, no me parece tanto..aunque siempre parece que te falta algo.
Y aunque no me parece mal que se quede con los abuelos, de tanto en tanto, sobre todo porque él se lo pasa en grande, se nota su ausencia terriblemente.
Un besin guapa.
es verdad que se nota un montón cuando no están, y durante la noche aún más.
has escrito un post precioso
un beso
Gracias guapetona!!. Yo me he dado cuenta que las noches sin ellos, son duras, al menos si estoy en casa, el secreto será salir por ahí para no notar tanto que no están..así de paso aprovechamos , jejeje.
Un besote
Que bonito vanina, es verdad que cualquier momento de tranquilidad se agradece pero cuando no están falta algo, ya no podríamos vivir sin ellos sin duda marcan nuestros momentos y las noches mucho más 🙂
Bess
Gracias guapa, totalmente de acuerdo contigo, marcan todos nuestros momentos, y las noches las dejan vacías, y muy raras, como le he dicho a Bego, vamos a tener que salir por ahí cuando estén con los abuelos, para que no me parezca la casa un lugar extraño. Son las contradicciones de los padres, queremos tranquilidad, pero a la vez, los necesitamos cerca.
Un beso enorme
Si es que las madres estáis siempre velando por vuestros hijos. Mi madre siempre dice que desde que pares ya tienes una preocupación para toda la vida, pero que es una preocupación preciosa. Un besote!!!
Tu madre, tiene toda la razón, se queda la preocupación para siempre, y parece que necesitas un respiro de vez en cuando, pero solo el justo para recuperar el aliento, porque sino, parece que te falta algo, y la tranquilidad se convierte en incómoda, y ya no lo disfrutas…ains qué raras somos!!jejeje
Un besote guapa
Pingback: Historias para no dormir: el Antes… | La niña sin nombre
En tierra Santa, todo suena mejor, incluso el silencio, o el vacío está más lleno…es lo que tiene el mar, la familia, las celebraciones.
Un enorme beso, y hoy a comerte a la pequeña NSN.
Un post precioso, Vanina; en tu línea :-). Te reconozco q a mí el completo silencio, estando ellos durmiendo, me tiene intranquila, jaja.
A ver, no han dormido muchas noches fuera de casa, pero las q lo han hecho yo he dormido tranquilísima, para qué engañarnos, jajaja. Aunque reconozco q me gusta más y estoy más tranquila teniéndolos en casa.
Por cierto, el completo silencio está sobrevalorado 😉
Un beso reina mía
Gracias hermosa! El silencio siempre te deja intranquila, por esos la obsesión de oírlo respirar, je!!
Con dos seguro que es diferente, y estar una noche sin ellos, puede ser un descanso, yo prefiero pasarla pero fuera de casa, así lo noto menos.
Y completamente de acuerdo, el absoluto silencio está sobrevalorado, y asusta un poco, jajá…
Un enorme beso
Me has hecho sentir malamadre, cuando N no está la echo de menos, pero no hasta ese punto, yo disfruto de esos momentos también jajajaja.. soy lo peooor
Jajaja, no seas tonta, yo también disfruto, y además a veces, lo necesito, pero lo echo mucho de menos, lo llevo mejor cuando no estoy en casa, así no lo noto tanto.
Una que es moña sin remedio, jejeje
Besos mil
Te dire que todavia no he estado una noche sin ella, el 8J va a ser mi primera vez. Y creo que me voy a sentir exactamente como tu tan bien describes. Ains,… Incluso cuando esta ella en casa, el silencio puro no me gusta porque solo sucede cuando esta haciendo alguna trastada y se concentra en no hacer ni el mas mínimo ruido 🙂 Un besazo!
De verdad?, yo me separé de él por primera vez con 9 meses, muy duro!!, y fue la primera de unas cuantas, aún así no me acostumbro, pero reconozco que sienta bien. A ambas partes, tenedor está deseando quedarse a dormir con los abuelos…
El #8J, no te vamos a dejar que le eches mucho de menos, o al menos que pienses lo menos posible…fuera de casa es diferente, aunque el vacío y la sensación de que te falta algo, sigue ahí…
Besos mil, y ya queda menos, yeahhhh!!!
Ay amiga, este verano me desprendo de él muchos días y tengo tremendo miedo a pasar noches en vela por la necesidad de esa rotura de silencio.
Perdon por el restraso , fantástico post como siempre
Gracias amiga, nada que perdonar!!!, seguro que al principio lo notas mucho, aunque necesitemos momentos de paz, y tranquilidad, cuando se prolongan en exceso, cuesta.
Yo lo máximo que me he separado de él, creo que fueron unos tres días, y me costó, aunque disfruté mucho del viaje, las madres somos así nos cuesta desconectar. El Don lo lleva mucho mejor, supongo que porque para él, todas las noches hay silencio, jejeje..
Ánimo petita, Monillo, seguro se lo pasará genial.
Besos mil, guapaaaaa!!
Que bonito! Me ha encantado todo, y sobre todo esta frase:
Una descubre que la vida ya no es como era, y que el silencio ya no consiste en la ausencia de ruidos, sino en la falta de presencia de tu hijo.
Te comprendo perfectamente, hace unos dias estuve 3 horas sin el en casa y me faltaba todo, no era capaz de relajarme y le echaba en falta. Los hijos crean adicción
Mil gracias guapa, así son, nos crean una adicción que no sabemos casi que tenemos, hasta que los alejamos de ellos, o su ausencia nos hace temblar.
Creo que son etapas a superar, cuando me incorporé al trabajo no podía asumir tantas horas separada de él, me creaba una intranquilidad inexplicable, la guardería otro gran momento.
Luego las noches sin él, que he pasado unas cuantas, con días incluidos…y aunque, sienta bien, nos queda la sensación de que nos falta algo…
Soy una moña, pero su presencia es fundamental, aunque las noches GT, no deben faltar, eh??
Besos mil
WOW!!!
Muack ranita linda!!!
El silencio completo no existe, pero hay silencios acompañados por pájaros de asfalto, con risas de niños y rodeados de olas de mar que no los cambio por nada.
El silencio puede ser sinónimo de soledad… o de sordera!!
Toda la razón amiga, hay muchos tipos de silencios, algunos se sienten entre el barullo de las personas, y otros nos atrapan de noche, o frente al mar. Unos reconfortan y otros nos dejan una triste sensación…
Los peores los de sordera, jejeje…
Un enorme beso
A veces el silencio sólo sirve para pensar más de lo necesario. Besitos
Toda la razón, lo malo es cuando aún con ruido, una solo oye silencio…A veces es mejor pensar menos, hacer más y dejarse llevar.
Besos mil
Yo las dos veces que he dejado a mi peque han sido para ir a un concierto y para salir en nochevieja a casa de unos amigos, así que estando ocupada no lo noté tanto, y cuando llegué estaba tan rota por la falta de costumbre que me desplomé sin conocimiento, así que aún no he sentido ese «silencio», pero creo que cuando llegue no lo voy a pasar muy bien… 🙂
Precioso post. Un abrazo.
Yo cuando lo he dejado por salir, lo he vivido diferente, porque como bien dices, llegas tan cansada, que apenas tenemos tiempo de notar nada. Lo malo, es cuando se lo quedan, como en ese caso, porque al día siguiente no había cole, pero yo trabajaba, y los abuelos, no lo querían hacer madrugar. Así que la casa se transforma, y no es lo mismo, el vacío se apodera de ella…pero supongo es cuestión de acostumbrarse, 😉
Muchas gracias por pasarte y por tu comentario.
Un besin
Si, cómo te entiendo. Yo soy de las que me quejo y después, las tardes que se van con sus abuelos, les echo de menos!
Imagino que es lo normal.
Un besazo guapa
Somos así de contradictorias, yo pido esos momentos, pero déspues me falta algo.De día lo llevo mejor, pero las noches se vuelven muy complicada.
Un besito linda!!
PD: Gracias por el esfuerzo de hoy, eres un solete!!
Qué bonito post! Solas pero teniéndoles cerca, la soledad de la habitación de al lado…¡Asín somos! Bss!
Muchas gracias!eso es, durmiendo, callados pero cerca!a lo que se acostumbra una!
Un besin