¡Sombras,azotes y demasiada Diosa!
Se habla de ello en todas partes, unas lo conocen, otras quieren saber de qué se trata.
Lo mencionan en cientos de tweets, en el corrillo, alrededor de la máquina del café, de la oficina, mientras esperas la cola del supermercado, en la peluquería, en un artículo de una revista…
Unas lo hablan abiertamente y en voz alta, dan su opinión sin tapujos. Otras, lo susurran, intentando pasar desapercibidas, algunas incluso lo niegan y como en todo, hay quien no quiere saber nada y no caerán en la tentación!
Cualquiera puede tener uno en su poder, tu vecina, la profesora, la dependienta, incluso tu madre. Da igual soltera que casada, joven o no tanto, la raza o religión, todas son posibles víctimas de sus encantos.
Te puede gustar, disgustar, decepcionar.., pero todas conocen su existencia, opinan al respecto. Hay quién dice que es solo para mujeres…o tal vez no!! Lo que es seguro es que está entre nosotras, en nuestras conversaciones del verano, y que ha sido un fenómeno que no ha dejado indiferente a nadie.
Así ha sido, la entrada en nuestras casas de “Las cincuenta sombras de Grey”, de E.L.James, que narra la historia de Anastasia Steele, una inexperta e inocente estudiante que entrevista a Christian Grey, un exitoso, y joven empresario que además resulta ser atractivo, seductor e intimidante. Ella queda enganchada, e inician una apasionada relación. Un novela que mezcla el romanticismo con el erotismo, donde la protagonista descubre sus propios límites y más oscuros deseos.
Es la primera parte de una trilogía que se completa con: “Cincuenta sombras más oscuras” y “Cincuenta sombras liberadas”
¿Qué tendrá Christian Grey qué atrapa?, ¿Qué te enreda en su historia y no te deja escapar hasta el final del libro?. ¿Es esta, la típica relación entre una joven inexperta que cae en las garras de un apuesto millonario? ¿Es algo más?
¿Es la evolución de aquellas novelas románticas con toques eróticos que han existido siempre?
Personalmente, llevo meses oyendo hablar de ella, mejor y peor, pero presente en todo momento. Finalmente, el libro ha caído en mis manos, y no he podido resistirme.
Para opinar, habrá que probar.¡ Ahí vamos!:
Me parece una novela de palomitas, entretenida, de fácil lectura, con vocabulario sencillo, cercano y algo repetitivo. Dinámica, y muy cinematográfica.
Supongo que ha gustado tanto, porque te desconecta de tu realidad, vamos de cualquier realidad, porque que te pase, lo que a la señorita “Steele”, y con alguien con las características, físicas, psíquicas y económicas del señor “Grey”, vamos, solo pasa en las pelis, en este caso en las novelas. Quizás en eso radica su éxito, que no te hace pensar en nada profundo, ni te remueve por dentro…bueno dicho así, quizás si te haga pensar en profundidades y movimientos…pero..¡de otra índole!
En resumen, que sirve para pasar el rato, si no buscas, una gran historia, ni grandes sorpresas, ni un estilo literario fino y cuidado. Es como, cuando decides ver una peli comercial, por pasar el rato, dejar tu mente en blanco, y que te cuenten algo tan lejano, que te acaba enganchando. Intenta llegar a esa parte de nosotras, que como mujeres, creemos que tenemos la capacidad de ayudar y hacer que las personas cambien, todo por el amor. Y eso, es lo que te atrapa, debe ser el efecto,:»la diosa, que llevamos dentro todas», en este caso, demasiado reiterativo.
El final es tan precipitado, que ahora, aunque, no sé si quiero, me tendré que leer la segunda parte. ¿Me estaré sometiendo a los deseos de Grey?
Aunque, si me puedo elegir, yo, por dejarme arrastrar, prefiero ser la inocente “Baby”, y que » Johnny Castle«, me saque a bailar en la escena final, de “Dirty Dancing” diciendo: “No permitiré que nadie te arrincone”.
No tiene dinero, pero es que, una, es de barrio, y apuesto a que el chico, no lo hace nada mal. Que bailando así, seguro que se sabe mover, llevar el ritmo y hacer unas figuras nada despreciables!. Sino, de qué, la dulce y responsable Baby, cambia los brazos de su padre, por la cama del chico presuntamente malo y los bailes sucios.¡ Con esas expectativas, yo también, hubiera llevado sandias, donde hiciera falta!